Santiago de Chile, 16 ene (dpa) – El ex juez español Baltasar Garzón, que defiende al fundador de Wikileaks, Julian Assange, afirmó hoy que la acción judicial contra éste es una «clara persecución» y responde a la «frustración de una administración» que vio cómo se revelaba información que mantenía en secreto.
«Lo que Wikileaks y Julian Assange han hecho es un gran servicio a todos aquellos que formamos el género humano: se han revelado una serie de situaciones que distan de lo que debe ser una adecuada acción diplomática, acciones de empresas y violaciones graves de derechos humanos. Eso no puede ser nunca delictivo», afirmó.
De visita en Chile para participar en el «Congreso del Futuro» que realiza el Senado de la República, Garzón precisó que la acción contra Assange responde a «la frustración de una administración determinada, que ve que por esos medios se ha puesto ante la opinión publica hechos que no quería que se conocieran».
El ex magistrado advirtió que «el juicio podría terminar en cadena perpetua o muerte» lo que consideró como «una brutalidad».
El periodista sueco, requerido por la justicia de su país, está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, y para Garzón, la mejor salida es un acuerdo diplomático que entregue garantías.
En entrevista con la radio Cooperativa, Garzón se refirió también a su expulsión del Poder Judicial español, hace un año, por su intento de investigar los crímenes del franquismo.
A su juicio, «quienes se opusieron a la investigación de los crímenes franquistas son los mismos que también se oponían a investigar los crímenes de las dictaduras de Argentina, Chile, Guatemala y otros países donde se cometieron violaciones masivas de los derechos humanos».
«En la transición española hubo temas que no se trataron, y los crímenes franquistas y la dictadura franquista, y la represión masiva en los primeros años, nunca fueron objeto de debate», agregó.
El juez precisó que a día de hoy en España no existen comisiones de verdad y memoria que permitan una respuesta a institucional a los crímenes que se cometieron en la dictadura, como el robo 30.000 niños robados hasta 1951.
El jurista, que alcanzó notoriedad internacional en 1998 tras ordenar la detención de Augusto Pinochet en Londres, afirmó que el retorno del dictador a Chile, por razones humanitarias, «fue una decisión política dentro del marco de la ley de extradición».
Garzón añadió estar convencido de que el dictador estaba capacitado física y sicológicamente para enfrentar un juicio por los crímenes de lesa humanidad, lo que quedó en evidencia en «el argumento de los informes médicos».
El español también criticó la muerte de Osama bin Laden quien, dijo, «detenido y vivo podía ser mucho más útil».
Además llamó a «humanizar la crisis» económica en Europa y enfatizó que «es inaceptable la opulencia cuando otros no tienen elementos para sobrevivir».
